Pulso más alto o más bajo de lo normal al hacer ejercicio

Monitor frecuencia cardiaca - pulsómetro

Estás entrenando sobre tu bicicleta, prestando atención a los valores de frecuencia cardiaca que muestra el ciclo-computador y sabes que algo fuera de lo normal está pasando: tu pulso está acelerado para el ritmo que llevas, o por el contrario, por más que te esfuerzas dando pedales, las pulsaciones no suben hasta el nivel al que deberían; en definitiva, tu pulso no se corresponde con tus sensaciones.

 

¿Por qué es importante saber que la frecuencia cardiaca varía?

Fundamentalmente, para entrenar correctamente en la zona programada (rango de intensidades adecuado) sin pasarnos y sin quedarnos cortos. Y, ¿cómo nos daremos cuenta de que el pulso está por encima o por debajo de lo habitual? Si tenemos algo de experiencia, es relativamente sencillo saber, más o menos, las pulsaciones que deberíamos tener en función de la intensidad a la que estamos pedaleando.

 

Causas de los cambios en el pulso

A continuación voy a citar las causas más habituales por las que tenemos el pulso más alto o más bajo de lo que debería ser “normal” cuando practicamos deporte y en particular, ciclismo.

Frecuencia cardiaca más alta:

  • Haber realizado un buen descanso. Cuando nos encontramos totalmente descansados, las pulsaciones no tienen dificultad para subir y podría suceder que alcanzaran valores más altos que los días anteriores.
  • Y por el contrario, cuando se está desentrenado, también se incrementa la frecuencia cardiaca ante una actividad física determinada.
  • Haber tomado cafeína u otro tipo de estimulantes puede originar el aumento de pulso.
  • No haber terminado de realizar la digestión.
  • A mayor calor ambiental, nuestro corazón bombeará sangre más rápido para disiparlo.
  • La deshidratación tiene el mismo efecto, ya que disminuye el plasma sanguíneo y obliga al corazón a latir más rápido.
  • Estar atravesando una situación de estrés también favorece el incremento de pulso; por ejemplo, los nervios previos a una competición.
  • Practicar deporte en altura (por encima de 1.500 metros) supone disponer de menos oxígeno, lo que hace que el corazón lata más veces por minuto.
  • En particular para los ciclistas, cuando pedaleamos empleando cadencias altas, por encima de 100rpm (revoluciones por minuto) y también cuando se realizan tramos en subida (aumenta la implicación muscular), la frecuencia cardiaca aumenta.
  • Estar incubando una enfermedad: a veces no nos encontramos mal, no hay explicación aparente, pero si no relacionas el aumento de pulso con alguno de los puntos anteriores, puede que estés incubando una enfermedad que se manifestará en pocas horas o días.

Frecuencia más baja:

  • Cuando se acumula fatiga por no descansar de manera adecuada. Esto tiene implicaciones a nivel del sistema nervioso que impide que alcancemos la frecuencia cardiaca habitual.
  • Depósitos de glucógeno vacíos: nuestros músculos consumen todo el glucógeno almacenado, ya sea porque eran escasos, porque no se han repuesto adecuadamente durante la actividad o porque hemos pedaleado a una intensidad superior a la que deberíamos.
  • Cuando nuestro estado físico mejora, después de varias semanas de entrenamiento, nuestro corazón se hace más fuerte y el volumen sanguíneo aumenta. Estas dos adaptaciones al ejercicio propician que nuestras pulsaciones, tanto en reposo como durante la actividad física, disminuyan.

 

Como siempre, muchas gracias por vuestro tiempo e interés. Os invito a que dejéis vuestros comentarios o preguntas. No olvidéis suscribiros al Newsletter para estar enterados de todo lo que publico y conseguir gratis la Guía de entrenamiento ciclista que he creado.

 

 

Para escribir este artículo me ha sido de gran ayuda consultar el libro "Ciclismo y Rendimiento"

Original photo; Artur Luczka on Unsplash




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