Ciclismo, deporte, problemas, estado de ánimo y motivación

Ciclismo y problemas




El deporte y en particular el ciclismo es una gran terapia para sobreponernos a los problemas que la vida va repartiendo a lo largo de nuestra vida; seguro que muchos de vosotros habéis pasado por esta situación o conocéis casos cercanos. De otro lado, los problemas también pueden hacer que nos alejemos de aquello que nos gusta y con lo que solíamos disfrutar, siendo el resultado que aparquemos nuestra bicicleta. En este artículo me propongo hacer una reflexión sobre el papel que juega el deporte en nuestras vidas, como nos puede ayudar y qué podemos hacer cuando por motivos ajenos a lo que es estrictamente la práctica deportiva, perdemos la motivación.

 

El ciclismo u otro deporte como herramienta para superar problemas

En ocasiones nos enganchamos a algún deporte después de una situación de crisis, tanto de salud (necesidad de perder peso, problemas coronarios, etc.) como situaciones que están causando mella en nuestro estado de ánimo (fin de una relación sentimental, fallecimiento de un ser querido o perder nuestro puesto de trabajo, por ejemplo). En el caso del ciclismo, es muy típico que algún amigo nos invite a acompañarle a dar una vuelta, o simplemente, entramos en el trastero o garaje y nos parece buena idea desempolvar nuestra vieja bicicleta. Comenzamos con ilusión y mientras el aire nos da en la cara y pedaleamos sin descanso, parece que los problemas se diluyen; pasan los días, las semanas y sin darnos cuenta estamos haciendo terapia. El tiempo avanza, los problemas desaparecen o terminan por solucionarse y seguimos montando en bici. Ahora nuestra vida es mejor, nos hemos desprendido de un lastre y además nos hemos transformado en deportistas. La novedad de realizar un deporte nos ha ayudado.

 

Cuando los problemas nos apartan del ciclismo y el deporte

Si ya somos deportistas habituales puede suceder lo contrario a lo anterior. Me centraré en los problemas personales, ya que los de salud tienen difícil solución, es decir, si nos lesionamos o nos detectan alguna anomalía, probablemente tengamos que aparcar el ejercicio durante el tiempo necesario hasta que nos recuperemos.

Derivado de problemas en el trabajo o en nuestro entorno familiar, pueden surgir situaciones de estrés que poco a poco minan nuestra motivación… Al comienzo puede ser habitual que consigamos dejarlos atrás mientras estamos inmersos haciendo deporte, pero los problemas no generan ácido láctico, no achacan fatiga y terminan por alcanzarnos. Notamos como nuestra motivación disminuye velozmente y sobre todo, si estamos siguiendo un plan medianamente exigente de entrenamiento, resulta cada vez más complicado sacar fuerzas para realizar las horas que tenemos marcadas o alcanzar el nivel de intensidad que deberíamos.

Podría parecer que nuestro mundo se desmorona ante nosotros; nuestro momento para pedalear y desconectar ya no tiene ningún efecto…

 

¿Qué hacer cuando los problemas no nos permiten estar motivados para hacer deporte?

Mi visión personal es parar de entrenar de la forma en que lo estábamos haciendo. El deporte, si bien dependiendo del nivel con el que lo practiquemos (nunca refiriéndome al caso de ser deportistas de élite y que suponga nuestra profesión), nos exige unas demandas de energía física y de concentración mental que en momentos como este no podemos permitirnos y que debemos emplear en otra tarea: solucionar nuestros problemas.

¿Esto quiere decir que dejemos de practicar deporte?

En absoluto, simplemente que debemos “levantar el pie del acelerador”. Dejar de lado el ejercicio físico acabaría por hundirnos más. En mi opinión hay que seguir practicando deporte pero de una manera más relajada, aprovechar para hacerlo en compañía siempre que podamos, olvidarnos por un tiempo de seguir planes rigurosos de entrenamiento y en el caso del ciclismo, descubrir nuevos lugares montados sobre nuestra bicicleta. En esencia, se trata de “sacar el mayor jugo” al tiempo que pasamos ejercitándonos para seguir disfrutando con el deporte.

 

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Photo by: Matthew Henry on Unsplash




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